Capital y localización industrial

Resumen

La teoría tradicional de la localización industrial se ha basado en variantes de la economía neoclásica, ya sea en el equilibrio parcial y en la minimización de los costes (teoría weberiana), o en el equilibrio general y la maximización de los ingresos (teoría del lugar central). Esta tradición ha sufrido cierto descrédito en amplios sectores de geógrafos, por lo que los geógrafos de la industria han continuado impulsando la investigación empírica sobre la localización industrial, mientras buscaban orientaciones teóricas desde nuevas bases. Se han construido modelos sobre, por ejemplo, el ciclo de producción, la difusión de las innovaciones, los desequilibrios regionales del crecimiento, la toma de decisiones marginal, la estructura organizativa, la respuesta al entorno y las conexiones. Sin embargo, este esfuerzo resulta insatisfactorio desde diversos puntos de vista, principalmente por la caracterización equivocada de la economía como un sistema industrial, el énfasis sobre el cambio tecnológico como principal proceso en acción, la limitada concepción de la estructura económica en términos de conexiones, y el hecho de relegar lo social y lo contradictorio al entorno exterior del sistema.

El marxismo representa una fuente alternativa de teoría integradora. Recientemente, algunos geógrafos de la industria han empezado a fijarse en Marx, y algunos marxistas han comenzado a interesarse por la localización industrial. La idea principal del marxismo es que la necesidad estructural de la sociedad capitalista es la reproducción ampliada del capital y de las relaciones sociales capitalistas. Por tanto, el objeto principal del análisis de la localización industrial debe ser esta dinámica, más que la «industria» o la «localización» (espacio) o cualquiera de sus componentes por separado, como el mercado, la empresa, las decisiones empresariales, la tecnología o la geografía física.